Washington, 6 nov (PL) Más de cinco millones de personas votaron anticipadamente en el estado norteamericano de Florida, donde tienen lugar dos de las contiendas más seguidas en las elecciones de medio término que se celebran hoy en el país.
El actual gobernador, el republicano Rick Scott, busca derrotar al senador demócrata Bill Nelson para ocupar su puesto en la Cámara alta.
La fuerza azul, minoritaria ahora en los dos órganos del Congreso, necesita aferrarse a ese escaño para evitar que los republicanos amplíen la ventaja de 51-49 con la que cuentan ahora en esa instancia, pero las encuestas muestran esa carrera electoral como impredecible.
De acuerdo con el promedio de sondeos del portal Real Clear Politics, el demócrata tiene una ligera ventaja en la intención de voto sobre el gobernador, 48,8 a 46,4 por ciento, lo que dados los márgenes de error significa que cualquiera de los dos está en posición de llevarse el triunfo.
Nelson ocupa el puesto desde 2001 y ganó la reelección en 2006 y 2012; si Scott lo venciera ahora, se unirá al también republicano Marco Rubio y Florida tendrá dos senadores de la formación roja por primera vez desde 1875.
Si bien en sus respectivas campañas los candidatos abordaron problemas nacionales como la atención médica y la inmigración, las preocupaciones locales también jugaron un papel importante en la carrera, como la recuperación posterior a huracanes y el impacto de las algas tóxicas en las aguas del territorio.
Además de este importante enfrentamiento por un asiento en el Senado, ha tenido resonancia nacional la lucha por ocupar el puesto de gobernador tras la salida de Scott, en la cual se miden el congresista republicano Ron DeSantis y el alcalde de Tallahassee, la capital estatal, Andrew Gillum.
De ganar este último, Florida tendría el primer gobernador afronorteamericano de su historia y un demócrata regresaría al puesto
que estuvo en manos del partido rojo en las últimas dos décadas.
Aquí también el promedio de Real Clear Politics ve al aspirante de la fuerza azul ligeramente por delante en la intención de voto, 49,4 a 45,8 por ciento, pero igualmente en el margen de lo considerado impredecible.
Puedo revelar que emití un voto por mí mismo. Mi esposa también votó por mí, declaró Gillum esta mañana a periodistas y votantes después de ejercer el sufragio en su ciudad, y agregó que habló con electores de todo el estado durante los últimos 21 meses.
Ayer se fue a la región del Panhandle, señaló, y conversó con personas que, según el criterio de muchas opiniones, no van apoyarlo. «Pero está bien, porque lo que quiero que la gente de allá sepa, incluso en lo más profundo áreas rojas, que yo también quiero ser su gobernador».
El significado de los comicios en Florida se ratificó la semana pasada, cuando el presidente Donald Trump viajó dos veces al estado para realizar mítines de respaldo a los candidatos republicanos, en tanto el exmandatario Barack Obama (2009-2017) también protagonizó un acto a favor de los demócratas.